Junto al Arco de la Estrella, tan entretenidos. Intentando aprovechar los últimos rayos de sol de la tarde.
Y de pronto apareció Liborio, el castellano. Un cuentero de marca mayor. Empezó a contar historias, retahilas, ... Nos tenía como embobados.
Entretanto se oía como una cantinela de retahílas y rabeladas. Alguien aparecía tras la esquina del Arco de la Estrella.
Un ciego de los de cordel, recitador de coplas y romances, se presentó ante nosotros
El cuentero Liborio lo identificó como maese Diego, un ciego de la Ribera del Marco.
El ciego, al oír la algarabía, se interesó por quiénes eran los mozalbetes del alboroto.
Y por su procedencia.
De Segovia y de la villa de Cáceres, le dijo el cuentero.
De nuevo a contar historias... que si los perros se quitaron el rabo y lo tendieron al sol;
también algunas rabeladas con el ñigo, ñigo, ñigo, ñigo, ...
|
Y sobre la torre de Bujaco:
Desta torre tan gallarda les relataré la histoooria y el origen de su nombre que lo llevo en la memooooria. |
El ciego eligió a su lazarillo. Y de nuevo, la alegre algarabía.
Maese Diego desapareció camino de la calle Amargura o de la calle Tiendas.
Liborio nos contó el cuento de la Sopa de Piedra.
En el jardín de Carvajal. Liborio siguió contando sus historias.
Y en esto llegó Lucas, actor de comedias, recitando versos sefardíes y el Romance de las tres cautivas.
Bellas palabras de amor
Liborio comenzó la historia de Mansaborá e "inesperadamente" los niños comenzaron a cantar:
Pregúntaselo a la luna
que hoy es noche de San Juan
que mientras las piedras duermen
pregúntale y te dirá
que una princesa cautiva
va sembrando la ciudad
de lágrimas de esmeralda,
mora de Mansaborá. (...)
Lucas escuchaba atento.
Por fin, contaron la historia de la mora de Mansaborá.
Y así seguimos: por la plaza de Santa María, cantando la canción de las Lavanderas; por la plaza de San Jorge con los juegos malabares de Liborio, o por la casa del Sol, de nuevo con maese Diego. Comienzo del Romance de la Loba Parda, que interrumpen y continúan los niños a coro. Después lo recitará él. Y el del Conde Olinos (Amor más poderoso que la muerte). También recitan los niños.
Una tarde-noche inolvidable. La gracia y el juego de los juglares. El encanto y la alegría de los niños. La magia de la Ciudad Antigua.